lunes, 19 de julio de 2010

trans-misión

“(…)

Así, llegada a la edad de 6 ó 7 años la niña mexica, su padre la llamaba y en presencia de la madre y de los dioses tutelares, le revelaba con palabras sencillas la antigua doctrina de sus mayores; rostros y corazones acerca del sentido de la experiencia humana y de cómo debía vivir una mujercita nahuatl:

Aquí estas mi hijita, mi collar de piedras finas, mi plumaje de quetzal, mi hechura humana. La nacida de mí, tú eres mi sangre, mi color en ti está, mi imagen, ahora recibe: escuchas, vives, haz nacido, te ha enviado el señor nuestro del junto y del cerca…., ahora que ya miras por ti misma date cuenta, aquí es de este modo: no hay alegría, no hay felicidad, aquí en la tierra es lugar de mucho llanto… se dice que la tierra es lugar de alegría penosa, de alegría que punza, así andan diciendo los viejos para que no siempre andemos gimiendo, para que no siempre estemos llenos de tristeza.

El señor nuestro nos dio a los hombres la risa, el sueño, los alimentos, nuestra fuerza y nuestra robustez y finalmente el acto sexual por el que se hace siembra de gente…pero aunque fuera así, si saliera verdad que solo se sufre, si así son las cosas en la tierra. Acaso por esto se ha de andar siempre con miedo? Hay que estar siempre temiendo?

Porque se vive en la tierra hay en ella señores, hay mando, hay nobleza, águilas y tigres, y ¿quién anda diciendo que siempre es así en la tierra? ¿Quién anda tratando de darse muerte? Hay afán, hay vida, hay lucha, hay trabajo, se busca mujer, se busca marido.

(…)”

Fragmento de LA PARENTALIDAD EN SITUACIÓN DE MIGRACIÓN, de la Dra. Leticia SOLIS PONTON.

yo también te quiero

viernes, 16 de julio de 2010

"asociación libre"


(una de mis fotos de la salida al Barrio Chino)

acepto sugerencias sobre esta sugerente imagen ...

ex-iste

No sé ya si la panza me duele de los remedios para el invierno, por una acidez inexplicable o por la angustia que resiste en la boca de mi estómago, insistiendo que le dé bola, que me ocupe de ella de una vez.

También está el dolor de cabeza, ése de arriba de los ojos, que cada vez que me paro o cambio de posición se aparece en la forma de un mazazo o de un tractor que aplasta el cuerpo para que se quede quieto, para que no se mueva aunque sea por un rato.

Y por supuesto, no se queda atrás la espalda-cuello, que pareciera que se hicieron un nudo para que no pueda pensar más.

Ahí está el cuerpo, ése que a veces pierdo de vista, para recordarme que él (como el sur) también existe.

martes, 13 de julio de 2010

Pintar o no pintar


Cuando nace le pedís que sea sanito, que sea nena
(o nene), que no te dé trabajo, que no se enferme y que duerma de noche (así también dormís vos).

Cuando crece un poco querés que sonría cuando te mira, que haga monerías, que no llore cuando salís a la calle, que camine al año y medio, y que diga primero "mamá" (o "papá").

Cuando lo mandás al jardín te cuesta dejarlo, llorás a veces (con suerte lo hacés a escondidas) y si se engancha y quiere quedarse, te enojás porque no quiere irse, y le preguntás si no te quiere más que quiere irse a la casa del amiguito a jugar.

En la primaria lo mandás a jornada completa, a fútbol, natación, inglés, o danza clásica y cuando llega a casa de noche, le pedís que se bañe, haga la tarea, coma y se vaya a la cama, y le aclarás que hoy no le vas a leer un cuento "porque estás muy cansado/a".

Siempre le pedís que sea feliz, que haga lo que quiera siempre y cuando lo haga feliz... pero deslizás que se vería muy bien en un traje de oficina, o con un ambo de doctor, o con un guardapolvo de maestra, o si se hiciera las tetas, adelgazara y usara tacos como una modelo.

Y yo me pregunto una y otra vez, cada vez más fuerte, ¿qué estás pidiendo entonces?

¿Pintar o no pintar?

cerrá los ojos...

domingo, 4 de julio de 2010

expres - arte





cuando sentís que perdiste la inspiración... esperás al sábado