Alguna vez se me ocurrió pensar que algo distinto era posible, que más allá de los obstáculos no era imposible mostrarse auténtico ante los demás.
Ésa vez recuerdo un sonido distinto en las palabras, una melodía más amable, más sentida, escuché algo distinto.
Unos años después, esas palabras se decoloraron, perdieron sentimiento y en ese momento resultó ser un mismo sonido, porque quien las transmitía se había olvidado de la pasión.
Más adelante, escuché otras voces, otras palabras, que también me llegaron como esa primera vez. Esta vuelta, tenía que ver conmigo, con mi vocación, mi deseo, con mis melodías de adentro. Ahora eran voces de verdaderos maestros, esos que hablan y te sacan de la inercia, te conmueven, te reviven.
Hoy, con algunas cicatrices y dolores, vuelvo a sentir lo que me transmitieron ellos, algo distinto de verdad, auténtico, real, sincero, desde las entrañas y me dan ganas de seguir, de apostar, de esperar algo, algo distinto.
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