Se me ocurrió esta vez como llueve (está buena la lluvia), saludarte, despedirme.
La lluvia hace esas cosas, descarga, lava, despide y saluda;
alivia.
Sí, me gusta la lluvia.
Por eso,
esta vez,
con lluvia,
des-ando algunos caminos,
des-hago algunos equívocos,
me des(a)nudo,
por primera (y última) vez.
Siempre pensé que tendría que haber guardado todas las palabras, pero no estaba permitido.
(¿Acaso lo estaba guardar las imágenes?)
¿Qué era "lo importante"?
¿Qué hubo de realidad? ¿Y de real?
¿Qué hubo de cierto?
Si hubiera sabido, me guardaba las miradas y los perfumes.
Un día, pregunté en tono de queja, con cansancio, y en un nudo:
“¿¿Qué??".
“Dame la mano”.
Y tendí mi mano, la izquierda (qué oportuno).
(Menos mal que no quisiste también la otra.)
Palabras – Letras – Músicas compartidas.
Otro día, por teléfono, y desde lejos:
“Escuchá…". Era mi tema favorito...
Después, enfrente, estaba vacío.
Muy complicado.
Sin-sentidos.
Con/sentimiento.
“No importa, me lo contaste.” dije.
Así es que me despido. Otra vez. En un día de lluvia. Con algo de nostalgia.
Me gustan los días de lluvia.
De descarga.
De corte.
“Hasta la próxima(¿?)
Cuidate."