Brisa fresca, salada.
Cielo azulceleste,
y el sol,
brillante,
cálido.
Arena tibia,
cerca a la orilla.
Pies descalzos,
moviéndose como péndulos,
para tocar la arena mojada,
la que está más abajo.
Olor a sal,
ruido de las olas,
que rompen
serenas.
Me acerco,
mis pies sobre la arena mojada
se van hundiendo con cada paso,
cada vez más.
La brisa se hace viento,
el olor a sal penetra por la piel,
e invade los sentidos.
Sabor a mar.
El agua moja la punta de mis dedos y la planta de mis pies
dándome la bienvenida.
Es fría al principio,
después fresca,
reparadora.
Respiro profundo
el aire del viento
que me empuja,
que me invade,
que me alivia,
que me oxigena.
Vuelta a la vida.
viernes, 20 de marzo de 2009
vacaciones
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1 comentario:
mis treinta minutos de relajo.
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